Serena Sáenz y Sara Blanch, las dos sopranos catalanas que triunfan a la vez en Viena

Una coincidencia extraordinaria se dio el pasado sábado 25 de enero con la actuación, en dos roles protagonistas de óperas diferentes, de dos jóvenes sopranos catalanas en la Wiener Staatsoper. El mismo día, una en función matinal y la otra en la función de tarde. Serena Sáenz (Barcelona, 1994) cantó por la mañana en el ensayo general abierto al público de la nueva producción de Die Zauberflöte que se estrenó en el aniversario de Mozart, el día 27. Por la tarde, Sara Blanch (Darmós, Tarragona, 1989) interpretó a Zerbinetta en la ópera Ariadne auf Naxos de Richard Strauss, al lado de la soprano Lise Davidsen, una de las estrellas más codiciadas del actual plantel de divos de la lírica.

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 Ambas cantantes deslumbran en un mismo día en uno de los principales coliseos del mundo  

Una coincidencia extraordinaria se dio el pasado sábado 25 de enero con la actuación, en dos roles protagonistas de óperas diferentes, de dos jóvenes sopranos catalanas en la Wiener Staatsoper. El mismo día, una en función matinal y la otra en la función de tarde. Serena Sáenz (Barcelona, 1994) cantó por la mañana en el ensayo general abierto al público de la nueva producción de Die Zauberflöte que se estrenó en el aniversario de Mozart, el día 27. Por la tarde, Sara Blanch (Darmós, Tarragona, 1989) interpretó a Zerbinetta en la ópera Ariadne auf Naxos de Richard Strauss, al lado de la soprano Lise Davidsen, una de las estrellas más codiciadas del actual plantel de divos de la lírica.

Ambas figuras comparten funciones este mes de enero en el exigente y cotizado coliseo lírico austríaco. ¿Cómo se ha podido dar esta conjunción astral? ¿Cómo dos jóvenes talentos salidos de la escuela catalana de canto, han llegado a protagonizar dos óperas de la exigencia de Mozart y R. Strauss en el teatro más emblemático de la lírica centroeuropea?

Serena Sáenz en ‘La flauta mágica’ y Sara Blanch en ‘Ariadne auf Naxos’ consolidan su estrellato como protagonistas

Se trata de dos sopranos lírico-ligeras que combinan un desparpajo escénico contagioso, una luz tímbrica especial, una musicalidad y calidad vocal que las ha catapultado al primer nivel mundial y hoy en día se codean con los divos más celebrados. De hecho, reconocen que se encuentran en un momento emocional y mental equilibrado, “lo que es importante para tener la madurez de enfrentarse a nuevos papeles y retos”, apunta Sáenz. “Es básico para afrontar la soledad del cantante de ópera”, coincide Blanch. “Este es un trabajo poco agradecido, la gente no se lo imagina porque solo mostramos los éxitos, no los sacrificios”. Así, es su pasión por cantar en escena lo que les da la fuerza.

Sara Blanc y Serena Sáenz, las sopranos que interpretan en sendos repartos el personaje de Norina, durante la rueda de prensa en el Liceu
Sara Blanc y Serena Sáenz cuando coincidieron en el Liceu protagonizando ‘Don Pasquale’ 
GTL

Eran las 10.30 h de la mañana cuando Serena salía a escena en el ensayo general de Die Zauberflöte en ese teatro en el que tiene experiencia: esta es nada menos que su sexta producción con rol protagonista en la Staatsoper de Viena. Su debut fue en 2022 como Zerbinetta, justo en la misma producción que ahora protagoniza Sara en el mismo teatro. Después llegaron Il trittico de Puccini y El Rapto en el serrallo de Mozart (2023) , La flauta mágica (en una producción anterior) y Los cuentos de Hoffmann de Offenbach en 2024. “Pero la función de mi vida fue mi debut como Lucia en el Liceu”, confiesa.

Además ha sido la primera soprano española en participar, junto a Elina Garanca y Piotr Beczala, en el cotizadísimo y elitista Viena Opernball de la Staatsoper, protagonizando también un concierto de San Silvestre en el Musikverein, este enero del 2025.

Sáenz desea que le propongan más roles belcantistas, como ‘I Puritani’, mientras que Blanch anhela ser Gilda en ‘Rigoletto’

Serena Sáenz es toda una realidad en Viena y los medios más importantes austriacos la consideran una firme realidad y un valor fijo en sus temporadas. Su estreno de una nueva producción de La flauta mágica , ópera que tuvo su première en la ciudad en 1791 y es un icono de la cultura vienesa, la ha consolidado como la joven soprano del momento. Y volverá a cantar en el templo vienés y a tener importantes compromisos en Berlín, además de su debut como Violetta en una Traviata en concierto en Copenhague. Entre sus deseos está tener más roles belcantistas como I Puritani de Bellini que todavía no le han ofrecido.

Por su parte, Blanch, cinco años mayor, despuntó al debutar en el Festival Rossini de Pesaro en 2013, compositor que la ha acompañado toda su carrera y con el que se siente cómoda. Sus triunfos en los teatros españoles –Liceu, Real, Oviedo– se han combinado con apariciones muy aplaudidas en el Maggio Musicale Fiorentino, la Ópera de Niza o su debut en Salzburg bajo la batuta del carismático Teodor Currentzis.

Con el rol de Zerbinetta, que debutó en el Liceu en 2021, se presenta por segunda vez en Viena (la primera fue como Reina de la noche, en 2023), roles emblemáticos del catálogo germánico considerados difíciles, lo que refrenda su triunfo en la tarde que entona la ópera de R. Strauss. Las ovaciones recibidas en un plantel junto a la diva Davidsen y el tenor Michael Spyres aúpan a la soprano tarraconense a una love story con un público que ama a las voces.

“Me encuentro en un punto de madurez vocal muy reconfortante”, dice. Y asegura que echa de menos el Liceu: “Para mí es como cantar en casa, no siento presión alguna”. Le esperan nuevos roles en el Teatro Real, en Roma o Múnich. ¿Un deseo? Que le propongan Gilda, del Rigoletto de Verdi.

Coincidencias de la vida, ambas han ocupado el mismo camerino ese día en la Staatsoper. Dato histórico-simbólico que anuncia más éxitos compartidos de futuro.

Similitudes y diferencias

Entre las muchas coincidencias y similitudes de las carreras de Sara Blanch y Serena Sáenz está el hecho de que formaron parte del Orfeo Català y se titularon en canto en el Conservatorio del Liceu. Ambas fueron premiadas en el Concurs Viñas y coincidieron como Pamina (Serena) y Reina de la noche (Sara) en una Flauta mágica de Ópera a Catalunya, con el Papageno de Carles Pachón, otro talento catalán. Las dos han podido ser profetas en su tierra triunfando como protagonistas en óperas en el Liceu. Y comparten su pasión por la danza, en la que se han formado.
Blanch ha tenido una carrera de éxitos en especial en teatros españoles, italianos y franceses, incluido el debut en el Teatro alla Scala de Milán. Sáenz hizo su perfeccionamiento en el Opernstudio de la Staatsoper de Berlín (2018-2020), donde le hizo una audición Daniel Barenboim, quien quedó prendado de su frescura y vitalidad musical. Esta barcelonesa ha brillado en Berlín, Viena o Copenhague, pero también en la Scala, con un concierto dedicado a Luigi Nono. Su intención es vivir a caballo entre Viena y Barcelona. “En Viena me siento mejor que en Berlín –admite–, es más artística e imperial, no tan underground. Creo que el público y la tradición vienesa van más con mi carácter”.
Tanto Sara como Serena son Premio Ópera Actual y fueron lanzadas en solitario en los reconocidos Sopars Lírics del 7 Portes, con la dirección artística del recordado crítico de este diario, Roger Alier.

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