Los homenajes y las muestras de cariño hacia Francisco se suceden durante estos días de ‘sede vacante’, mientras la ciudad se prepara para la llegada de una nueva oleada de visitantes ansiosos por conocer al próximo Papa. El 74% de los italianos desearía que diese continuidad al pontificado de Francisco, según una encuesta. Leer Los homenajes y las muestras de cariño hacia Francisco se suceden durante estos días de ‘sede vacante’, mientras la ciudad se prepara para la llegada de una nueva oleada de visitantes ansiosos por conocer al próximo Papa. El 74% de los italianos desearía que diese continuidad al pontificado de Francisco, según una encuesta. Leer
La chimenea de la que medio mundo estará pendiente a partir del miércoles asoma por el tejado de la Basílica de San Pedro, mientras la ciudad de Roma ultimaba este lunes los preparativos para una semana histórica en la que esperamos conocer quién será el nuevo Papa.
Los periodistas que cubrirán el cónclave para elegir a su sucesor ya están llegando de nuevo a Roma y el Vaticano era este lunes por la tarde un hervidero de reporteros. Como ocurrió durante los días previos al entierro, los cardenales que entran y salen de las dependencias vaticanas son seguidos casi como estrellas, tanto por los periodistas como por los curiosos que preguntan por su identidad. Algunos esquivan a los medios, pero otros, como el indonesio Ignatius Suharyo Hardjoatmodjo, arzobispo de Yakarta, se paran para responder pacientemente a las preguntas, aunque sin dar pistas sobre qué puede pasar a partir del miércoles.
Mientras comienza el cónclave, romanos, religiosos y turistas procedentes de todo el mundo aprovechan estos días con sede vacante para rendir homenaje a Bergoglio. «Roma abraza al Papa Francisco con amor», reza la imagen que el Ayuntamiento proyecta cada pocos segundos en las pantallas de vídeo colocadas en numerosos edificios de la ciudad, y que habitualmente informan sobre las actividades culturales y fiestas que se celebran en la capital italiana.
Los Novendiales, los nueve días consecutivos en los que se realizan misas en honor al fallecido Papa, concluyeron este domingo con la celebración de una eucaristía en la Basílica de San Pedro, aunque uno de los momentos más emotivos tuvo lugar el sábado por la noche. Miles de personas se reunieron en la Plaza del Vaticano para el Rosario y la procesión aux flambeaux (a la luz de las antorchas) con la imagen de Mater Ecclesiae, la Virgen María. Aunque este acto religioso, que tiene lugar en mayo y octubre, no se había organizado por la muerte de Francisco, se rezó por él y muchos de los visitantes que llegaban a la plaza a esa hora pensaban que era en su memoria.
«Somos religiosos, pero no sabíamos que se iba a celebrar esta procesión con la Virgen, nos ha parecido preciosa», señalan Jennifer y Keith, una pareja de Malta que se encontró con la «fatalidad» de la muerte del Papa unos días antes de comenzar el pasado jueves el viaje a Roma que reservaron hace meses. «El funeral lo vimos por televisión, pero ha sido muy emocionante poder visitar su tumba en la basílica de Santa María la Mayor, aunque casi no te dejan detenerte», comenta Keith. Esperaron dos horas de fila el viernes hacia las 10 de la mañana, pero según Jennifer, «ha merecido la pena».
Hora y media de cola hicieron Froilán, Elena, José y María, un grupo de españoles de vacaciones por Italia que optó por visitar el sepulcro en la basílica de Santa María La Mayor el sábado a las cuatro de la tarde. El horario de visita es de 7 a 19.30 horas, y según detalla un agente de la Policía Nacional (polizia dello stato), cada día están mostrando sus respetos al Papa entre 21.000 y 23.000 personas: «El tiempo de espera varía mucho según el momento del día. Si vienes a las 7 de la mañana, en 20 minutos estás dentro», asegura. Este lunes a mediodía se tardaba en torno a media hora en entrar en la basílica, en cuyas vallas se han colocado numerosos ramos de flores. «Grazie Francesco», reza una gran pancarta colocada frente a la iglesia, en la fachada de un edificio que pertenece al Pontificio Seminario Lombardo.
Hay muchos turistas en Roma estos días, pero lo cierto es que no muchos más que durante cualquier fin de semana durante la primavera, una de las mejores épocas para visitarla. El pico de visitantes se dio entre el lunes que falleció Francisco (21 de abril) y el domingo 27, un día después del entierro. Según datos del EBTL, el ente bilateral de turismo de la región del Lazio, tan sólo entre el 25 y el 26 de abril llegaron 154.000 personas que se alojaron en hoteles u otro tipo de alojamientos.
Ante la alta ocupación y los altos precios del centro de Roma, muchos han optado o no han tenido más remedio que alojarse en barrios de los alrededores de la ciudad, e incluso en localidades cercanas, y desplazarse cada día al centro de Roma. Son casi permanentes las aglomeraciones en el autobús 64, la línea que une la estación de Termini con el Vaticano, y que se ha convertido en lanzadera para los religiosos y visitantes que llegan a la ciudad y quieren palpar el ambiente precónclave.
La mayoría de visitantes está por llegar. La ciudad recibirá a lo largo de toda la semana a miles de personas que desean ser testigos del momento histórico en el que la fumata bianca y las campanas anunciarán que Habemus Papam. Se sumarán además los que acudan a la ciudad eterna para asistir al torneo de tenis ATP Masters de Roma, que ha comenzado este lunes y se prolongará hasta el 18 de mayo.
El tiempo, por cierto, parece que va a acompañar a los fieles que se congreguen en San Pedro pues aunque para este martes se esperan fuertes tormentas, la previsión meteorológica apunta a que entre el miércoles y el domingo habrá entre 20 y 24 grados durante el día, y al menos de momento no se prevé lluvia para los días que previsiblemente durará el cónclave.
Como cuenta Elena, camarera de Il Piccolo, uno de los restaurantes más cercanos al Vaticano, su jefe considera que estos días están teniendo un flujo de clientes normal para esta época de año. «Cuando verdaderamente hubo muchísima gente fue durante el cónclave en el que se eligió a Francisco [en marzo de 2013]. Yo vivía junto a la Estación de tren de San Pietro, que está a unos 12 minutos andando del Vaticano, y recuerdo ríos de gente que bajaban corriendo para ir a la Plaza», señala Elena, que nació en Rumanía y lleva 15 años viviendo en Roma. «El rumor en la calle es que van a elegir al cardenal filipino», sostiene en referencia a Luis Antonio Tagle.
«Me interesa mucho quién será el próximo Papa, pero yo no quiero saber nada de los posibles candidatos hasta el día que ya sea elegido y nos digan quién será», asegura Massimo, un romano al que encontramos también en el Vaticano junto a su pareja Giorgia, que asegura: «Yo lo que espero es que quien suceda a Francisco continúe el camino que él ha comenzado».
Coincide Giorgia con la mayoría de sus compatriotas pues, según una encuesta sobre el próximo Papa realizada por la agencia de análisis económicos y políticos Izi, el 74% de los italianos desearía que diera continuidad al pontificado de Francisco. A la mayoría de los encuestados, además, la nacionalidad del sustituto de Francisco les resulta indiferente, según este sondeo.
La venta de souvenirs, lógicamente, se han disparado estos días pues mientras se conoce el próximo jefe de la Iglesia Católica, muchos turistas no quieren marcharse de Roma sin llevarse algún recuerdo de Francisco. Además de los típicos imanes, llaveros, calendarios o rosarios, hay otros más originales, como un tapete en el que se retrata al Papa como Superman con un maletín lleno de valores, y que se vende en uno de los puestos del Mercado de Testaccio.
Pese al ajetreo del Vaticano, algunas cosas siguen como siempre. A medianoche, las personas sin hogar reemplazan a los turistas en la Plaza de San Pedro. En una sobrecogedora imagen que se repite tanto en invierno como en verano, cada uno de los tramos separados por columnas en la parte exterior es ocupado por una persona sin hogar; algunos instalan una tienda de campaña gris y otros, aprovechando ya el buen tiempo, duermen al raso, con la única intimidad en algunos casos de un paraguas que colocan a modo de biombo.
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