Óscar Rodríguez: «Estoy en contra del móvil, te ata muchísimo… Y no le veo beneficio a las redes sociales»

El centrocampista del Leganés, ex canterano del Madrid, reflexiona sobre las redes, la familia y el dinero con EL MUNDO antes de recibir a los blancos en Copa del Rey. Leer El centrocampista del Leganés, ex canterano del Madrid, reflexiona sobre las redes, la familia y el dinero con EL MUNDO antes de recibir a los blancos en Copa del Rey. Leer  

A Óscar Rodríguez (Los Navalmorales, Toledo, 1998) no le gustan las entrevistas. «No me van mucho. Hay gente a la que le gusta que la conozcan más y yo soy lo contrario. No me gusta hablar de mí», admite en la charla con EL MUNDO, sentado en el césped de la ciudad deportiva del Leganés. A un kilómetro, en Butarque, su equipo recibe esta noche al Madrid en la Copa. Y Óscar, canterano madridista durante una década, aprovecha para recordar algunas cosas de las vividas en Valdebebas, donde recibió a Kylian Mbappé a los 13 años, y para reflexionar sobre las redes, la familia y el dinero.

Mbappé jugó un partido con un equipo del Madrid en Valdebebas en 2012. Ahí había un Óscar…
Sí, era yo, aunque no era consciente de ello hasta que me enseñaron la foto hace poco. Creo que vino una semana a entrenar con nosotros, pero ya no me acuerdo de nada.
Esta temporada el Leganés ya ha ganado al Barça y el Atlético. ¿Son un poco ‘matagigantes’?
A ver cómo llegan después de la derrota contra el Espanyol. Vienen de perder y vendrán como un tiro. Pero bueno, estamos con ganas. Hemos logrado buenos resultados contra los grandes y lo intentaremos.
Usted es de Los Navalmorales, un pueblo de Toledo. Cuando le fichó el Madrid a los 11 años, se hacía 150 kilómetros de ida y otros 150 de vuelta junto a su padre.
Sí, toda mi familia es de Los Navalmorales. Es un pueblo pequeño, muy humilde. Siempre estaba con el balón, desde los dos años. Tenía esa obsesión con el fútbol. Mi padre ha hecho muchos kilómetros para que yo lograra mi sueño. Nos llevaba a varios, hacía de taxista por Toledo y Talavera hasta Madrid.
Y ahora, tantos años después, ¿cómo maneja lo de ser futbolista?
Creo que soy sencillo y familiar. Tengo los mismos amigos de toda la vida, los que conozco y ya está. Soy cabezón cuando me sale un mal partido, me enfado y me tiro mi tiempo para que se me pase… Pero ahora con el niño ha cambiado la cosa.
¿Ser padre le ha cambiado?
Claro, al ser padre ya no puedes llegar a casa y estar cabreado. El niño te lo cambia todo. No me gusta salir de aquí y seguir hablando de fútbol, no quiero estar todo el rato mamando eso. Quiero salir de aquí y despejar la mente.
¿El futbolista es desconfiado con el que no es de su círculo de amigos?
Sí, están estos que se te acercan… Pero los futbolistas no somos tontos. Sabes quién se acerca por interés y quién de verdad te quiere.
¿El dinero ha cambiado su forma de ser?
No, es que tampoco tengo caprichos. Tengo coches, como todos, pero no me llama la atención… Lo más caro es el coche, y no soy mucho de coches. Ni de comprar mucha ropa. Ahora los gastos ya son para el niño.
Ni gastos en usted, ni coches muy caros, ni caprichos… ¿Le dicen algo en el vestuario?
No, no… Saben que soy así, sencillo. Hoy en día la moda es aparentar, pero no me gusta, más que nada porque no lo he visto en mi familia.
Hábleme de ella.
Siempre me han apoyado, me lo han puesto muy fácil y ahora estamos siempre juntos, especialmente los hombres, mi padre, mis hermanos y yo. Nos vemos a diario.
¿Su padre le aconseja en decisiones futbolísticas?
Sí, es el que lleva la batuta. El que tiene la última palabra. Y también mi hermano. Pero siempre ha sido muy natural y nunca he tenido esa presión que sí que he visto en otros compañeros, que después de un partido decían «joder, la que me va a caer ahora…». Mi padre en la vida me ha dicho nada.
Salió del Madrid con 20 años, cedido al Leganés, luego ficha por el Sevilla y ahora, después de pasar por varios equipos, ha vuelto a Butarque. ¿Qué ha aprendido?
Salí del Madrid a Primera División, que era mi sueño, y lo cogí con muchas ganas. Ahora creo que tengo más madurez, he aprendido mucho más y todavía tengo ilusión.
¿Recibir alguna bofetada ayuda?
Sí, te das cuenta de la realidad. De que hay momentos mejores y peores, que así es el fútbol, que un día estás arriba y a veces abajo. Pero también te lleva a aprender y a madurar. La parte de Sevilla ha sido la más complicada. No me arrepiento, porque lo decidí yo junto a mi padre, aprendí mucho y me trataron muy bien. No tuve los minutos que quería, pero eso nunca se sabe, no me arrepiento.
Hablemos de música. Creo que adora el flamenco. ¿Canta?
No, no… Me gusta, pero no canto. Es lo que escucho, ni trap, ni reggaeton ni nada de eso.
No usa mucho las redes sociales.
No, cero. Las tengo ahí y antes las usaba más… Pero no le veo beneficio. Tampoco soy mucho de móvil, ni siquiera del WhatsApp. Prefiero quedar en persona. Muchas veces me ven y me dicen «te he llamado y no lo has cogido». Es que no me gusta estar con el móvil. Si estoy haciendo un plan o lo que sea, siento que el móvil te ata muchísimo.
Pues ahora los niños no se despegan del móvil.
Ahora con los dibujos no queda otra. Le pones los dibujos y se relaja un poco. Pero estoy en contra, si por mí fuera… En ese sentido soy como mi padre, que no tiene ni WhatsApp, va con un móvil de estos antiguos.

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