Europa ha quedado atrás en la carrera tecnológica. EE.UU. y China sacan ventaja y obligan a ir a rebufo. La cuestión es qué se puede hacer para cerrar la brecha. “Creemos grandes empresas tecnológicas europeas”, ha planteado como gran receta Marc Murtra, presidente ejecutivo de Telefónica, este lunes en la 40 Reunión del Cercle d’Economia. El directivo pide acabar con un mercado con 27 regulaciones para 27 países y concentrar firmas, primero a nivel nacional y luego continental. “La fragmentación afecta a la efectividad del despliegue, quitemos los frenos de la regulación”, ha pedido. “En Europa tenemos todo lo necesario, salvo escala. Por ello las empresas necesitamos consolidarnos. Comportará costes, pero el agregado es positivo para la creación de tecnología y conocimiento”, ha reiterado.
El Cercle constata una Europa que queda atrás en la carrera tecnológica: inversión privada y pública, menor regulación o impulso de talento, entre las recetas
Europa ha quedado atrás en la carrera tecnológica. EE.UU. y China sacan ventaja y obligan a ir a rebufo. La cuestión es qué se puede hacer para cerrar la brecha. “Creemos grandes empresas tecnológicas europeas”, ha planteado como gran receta Marc Murtra, presidente ejecutivo de Telefónica, este lunes en la 40 Reunión del Cercle d’Economia. El directivo pide acabar con un mercado con 27 regulaciones para 27 países y concentrar firmas, primero a nivel nacional y luego continental. “La fragmentación afecta a la efectividad del despliegue, quitemos los frenos de la regulación”, ha pedido. “En Europa tenemos todo lo necesario, salvo escala. Por ello las empresas necesitamos consolidarnos. Comportará costes, pero el agregado es positivo para la creación de tecnología y conocimiento”, ha reiterado.
Hacerlo es casi obligado, porque hoy hay un puñado de países y compañías que acaparan los avances, ha expuesto, y circunscritos al sector privado. “Requieren una inversión descomunal”, ha señalado. Sin grandes empresas, sin campeones europeos, será imposible ponerse al nivel americano o China. Unirse es una parte clave para el proceso: “Avanzar en tecnología es extremadamente difícil. En Europa casi todas las tecnologías modernas son estadounidenses, todas requieren una enorme economía de escala. Su creación no será espontánea en Europa”, ha contextulizado. “Si queremos tecnología, IA, en Europa mínimamente equivalente a EE.UU. o China tendremos que adaptar nuestra regulación. Europa lideró las telecomunicaciones hace 25 años. Sus estándares y modelos se implantaron en todo el mundo, pero nos hemos quedado obsoletos”, ha ejemplificado.
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El diagnóstico y la necesidad de moverse es compartido. Falta inversión privada y pública, menor regulación, más dinamismo. Jesús Mantas, socio gerente de IBM y miembro del consejo de Biogen, ha puesto el foco en otros puntos. “El talento europeo es muy atractivo, pero la rigidez laboral es un freno. Y es referencia en regulación, pero no en inversión o ecosistemas”. Francesca Bria, autora principal del informe Eurostack y fundadora de Decode Project, ha planteado como grandes carencias los servicios o los chips. “El 80% de las tecnologías y servicios digitales que usamos lo traemos de fuera. Dependemos completamente de EE.UU., Taiwán o Corea del Sur”, ha detallado. Poco tiempo más se puede perder. “Es un momento de “ahora o nunca” para Europa. Ha llegado tarde a la hora de regular lo que no se controla y en entender el contexto geopolítico”, ha lanzado.

Jordi Borràs / ACN
Más allá de la dependencia tecnológica, Bria ha expuesto que existe un problema de riesgo para la democracia, porque al depender de países extranjeros pueden se queda a merced de ataques o maniobras para polarizar sociedades, “se puede tener un impacto enorme en la democracia liberal europea, en nuestro Estado del bienestar”. De ahí que los avances no puedan darse a cambio de la pérdida de soberanía. Bria también ha pedido el lanzamiento de fondos soberanos europeos para garantizar la inversión. “Tenemos que hacer crecer nuestras capacidades científicas y tecnológicas”, ha reiterado.
Cerrarse en banda no es el camino. “El proteccionismo absoluto es una estrategia de baja probabilidad de éxito. La mejor política es de autonomía abierta y colaboración activa”, ha dicho Mantas. “No hay que ser el pasajero del autobús, hay que ser el conductor”, ha metaforizado. En su opinión, en telecomunicaciones o biotecnología ve más recorrido de cooperación por el menor riesgo cooperativo. Hay más riesgo al colaborar en semiconductores, IA, defensa e infraestructuras básicas.
La mesa la ha moderado Maite Barrera, vocal de la junta directiva del Cercle d’Economia. “Seguimos pensando como 27 países, con 27 regulaciones. Somos incapaces de convertir campeones nacionales en globales”, ha lamentado.
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