El autor publicó el año pasado ‘Mi Rusia’, un demoledor ensayo contra Vladimir Putin Leer El autor publicó el año pasado ‘Mi Rusia’, un demoledor ensayo contra Vladimir Putin Leer
El escritor ruso Mijail Shishkin (Moscú, 1961), que lleva casi tres décadas en el exilio, publicó el año pasado ‘Mi Rusia’, un demoledor ensayo contra Vladimir Putin. Cree que «la enfermedad rusa es la ‘futurofobia’, el miedo al futuro», por lo que una nueva victoria o la ausencia de derrota que pueda disfrazarse «fortalecerá la dictadura»
Pregunta. ¿Cómo utiliza Putin el recuerdo de la Segunda Guerra Mundial para justificar su agresión contra Ucrania?
Respuesta. Un régimen totalitario no puede existir sin guerra. El país, por definición, debe estar rodeado de enemigos y convertido en un campamento militar, donde exista un gobierno unipersonal y no haya lugar para la disidencia. Se necesita una religión estatal que explique esta guerra. La ortodoxia defendió la única fe justa, el comunismo liberó a la humanidad del mal mundial. La religión de la Rusia de Putin es la «gran victoria», un pasado glorioso que debe repetirse todo el tiempo.
P. ¿Podrá el líder ruso alcanzar su propósito de ‘anular’ el pasado: la derrota en la Guerra Fría y la consolidación de Ucrania como Estado?
R. La Rusia moderna no sólo conserva su pasado, sino que lo comparte generosamente con todo el mundo. El pasado es contagioso. Los teóricos de la «democracia soberana», aprovechando el respetable término ‘conservadurismo’, han declarado que el putinismo es el comienzo de una nueva ola sociopolítica diseñada para liberar a los países occidentales de los grilletes sofocantes de la política: corrección, concienciación, cultura de la cancelación. Putin, como defensor de los valores tradicionales, el cristianismo y la familia, se ha convertido en un símbolo de protesta contra el dominio de izquierdistas radicales que luchan contra el cambio climático y los baños separados. Se ha puesto de moda el culto a la fuerza y la incredulidad en la democracia, que se considera mera manipulación de la opinión pública. Así como los impulsos de la ideología comunista, que no tenían nada en común con el verdadero socialismo estalinista, encontraron respuesta en los países occidentales, las ideas «conservadoras» del régimen de Putin ahora se están apoderando del mundo democrático.
La ola conservadora de derechas ya ha llevado a sus líderes al poder en Eslovaquia, Hungría, EEUU, y la AfD se prepara para entrar en el Gobierno en Alemania. Algo parecido pasa en Francia. ¿Cómo no recordar las palabras de Vladislav Surkov, uno de los ideólogos de Putin, diciendo que el sistema de Putin es un proyecto que en el futuro puede ser demandado por el resto del mundo y que Rusia está a la vanguardia en la demostración de las tendencias mundiales?
P. ¿Cómo está transformando esta guerra a Rusia? ¿Está fortaleciendo la dictadura?
R. El régimen de Putin sólo puede ser destruido mediante una derrota militar, como la Alemania nazi, pero la presencia de armas nucleares lo hace imposible. La enfermedad rusa es la ‘futurofobia’, el miedo al futuro. La sabiduría popular rusa que dice que «no se le puede desear la muerte a un mal zar» es hoy más relevante que nunca. La verdadera democracia implica una rotación constante del poder. La llegada de nuevas personas al poder, elegidas por los ciudadanos, garantiza un cambio en el futuro. La nueva élite criminal rusa, que llegó al poder en los años 90, no tiene intención de ceder este poder a nadie. Su tarea es prolongar el ‘statu quo’ durante el mayor tiempo posible. En una palabra, cancelar el futuro. Sólo les quedaba una manera de permanecer en el poder: construir una dictadura.
La nueva idea del Estado pasó a ser la «estabilidad», es decir, la preservación del presente, orientada hacia el pasado. Las autoridades lo explicaron a la población a través del presidente de la Duma Estatal: «Existe Putin, existe Rusia». Es decir, el tiempo depende del régimen actual, el presente existe sólo mientras este gobierno se mantenga, después sólo vendrá el colapso del país, el caos, la guerra civil. Así que según ellos el futuro no debe ocurrir. La victoria en la guerra de Ucrania sólo fortalecerá la dictadura. O la ausencia de derrota, que las autoridades harán pasar por victoria.
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