Los panfletos del ejército ruso para adoctrinar que retratan a los ucranianos como salvajes

El ejército de Putin distribuye ‘guías’ entre sus soldados en las que retrata a los ucranianos como nazis salvajes y homosexuales depravados Leer El ejército de Putin distribuye ‘guías’ entre sus soldados en las que retrata a los ucranianos como nazis salvajes y homosexuales depravados Leer  

Desde el comienzo de la invasión de Ucrania llamó la atención no sólo la desmotivación general de los soldados rusos en los primeros meses de la guerra, sino la necesidad de pagar cada vez salarios más altos a las tropas de la Z reclutadas en las regiones rusas para mantener un flujo constante de nuevas reservas hacia el frente. Cada mes, Vladimir Putin debe pagar una cantidad mayor a cada nuevo voluntario, aunque la tasa de muerte o herida grave esté en torno al 50% de los enviados, y el rango de supervivencia entre ocho y 10 días en el caso de la infantería.

Rusia no sólo invierte enormes cantidades de dinero en propaganda de consumo interno en su propio país y también en el exterior, a veces con mensajes distintos, sino que trata de seguir motivando a sus tropas con mensajes sencillos, falsos casi siempre pero efectivos, para que no dejen de combatir.

EL MUNDO ha conseguido uno de los panfletos, de unas 20 páginas, que el ejército ruso entrega a sus nuevos reclutas. Estaba en el bolsillo de un prisionero que fue capturado recientemente por la Brigada 65 de Ucrania en el frente de Zaporiyia y en él se explican las supuestas diferencias entre los modélicos soldados rusos, defensores de las reglas de la guerra y cargados de humanidad, y los desalmados militares ucranianos, perpetradores de crímenes y cobardes a la hora de matar civiles o usarlos como escudos humanos.

Esta ficción moralizadora del Kremlin, que no necesita que se sepa ni saber leer para entenderla, impacta con una realidad terrible en el campo de batalla: habría que remontarse mucho para encontrar, en la historia de los conflictos humanos, una tropa más tendente al pillaje, al asesinato gratuito de civiles y a la tortura y asesinato de prisioneros desarmados.

En uno de los crímenes más documentados de la historia, militares rusos asesinaron a más de 400 civiles en la localidad de Bucha durante las primeras semanas de la invasión. El mismo comportamiento mostraron en la región ocupada de Izium, donde enterraron a 478 personas asesinadas de un tiro en la cabeza en grandes fosas comunes. Y el mismo patrón de torturas y ejecuciones lo repitieron en Jersón, también liberado en otoño de 2023.

La viñeta de los soldados rusos mostrando compasión por los soldados ucranianos recién capturados también queda desmentida por una realidad documentada por los propios soldados rusos, que han llegado a grabar vídeos en los que pueden verse posando ufanos con las cabezas de ucranianos decapitados.

En otra de las viñetas, un soldado ruso ofrece un osito de peluche a un niño ucraniano. Cabe recordar que tanto Vladimir Putin como la comisionada rusa para los derechos del niño, Maria Alekseyevna Lvova-Belova, están en busca y captura en la Corte Penal Internacional por la deportación ilegal de niños de Ucrania a Rusia.

En otro mensaje del panfleto, vemos cómo el soldado ruso acude a la iglesia a rezar como garante de la cristiandad de la que presume el régimen de Putin, mientras que el ucraniano aparece quemando el templo. Cuesta encontrar, en todo el frente de batalla, alguna iglesia que no haya sido bombardeada por Rusia de forma sistemática, igual que las escuelas y sobre todo, los hospitales, espacios protegidos por la Convención de Ginebra.

La última viñeta del cuaderno se refiere a la familia. Mientras el soldado ruso pasea de la mano de una mujer y un niño, se presenta a dos hombres ucranianos abrazados dentro de una bañera y rodeados de corazones, en alusión a una relación homosexual, como una degeneración, algo que entronca a la perfección con la revolución ultraconservadora que el régimen ha puesto en marcha en Rusia.

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