“Escribí Las bárbaras porque sentía una fractura entre la generación de mi madre y la mía”, cuenta Lucía Carballal, en un texto que David Selvas, el director y traductor de la versión en catalán y castellano, Les Bàrbares, que se estrena hoy en el teatro Borràs, leyó en la presentación a los medios.
David Selvas dirige una nueva versión de la obra de Lucía Carballal, con tres amigas cincuentonas ante el legado de una joven
“Escribí Las bárbaras porque sentía una fractura entre la generación de mi madre y la mía”, cuenta Lucía Carballal, en un texto que David Selvas, el director y traductor de la versión en catalán y castellano, Les Bàrbares, que se estrena hoy en el teatro Borràs, leyó en la presentación a los medios.
“Era el momento posterior a la eclosión del #MeToo –continúa Carballal–. La actriz Catherine Deneuve y otras mujeres francesas escribieron un manifiesto en contra de aquella ola reivindicativa, y sus palabras representaban, creo, el malestar de algunas mujeres que, también aquí, se sentían contrarias a lo que estaba sucediendo. Ese rechazo me llamó la atención; me pregunté si se trataba de un sentimiento generacional. Comprendí que muchas otras mujeres de su época sí se sentían interpeladas, aliviadas, ilusionadas por el cambio que proponía la generación de sus hijas. Otras se mostraban indiferentes y expresaban con gracia que los problemas verdaderos están en otro sitio”.
María Pujalte, Francesca Piñon y CristinaPlazas son las tres amigas y Berta Gratacós es la joven
¿Y quiénes son?, se pregunta la autora: “Todas esas mujeres diversas y complejas, resistentes a cualquier etiqueta, son la inspiración de esta obra”. Selvas añade: “ Lucía Carballal pone en marcha la voluntad de dar la mano a las generaciones. Tres mujeres de cincuenta años largos no suelen poder expresar sus opiniones, y en esta obra lo hacen con una relación con la actualidad y las olas feministas”.
El director considera que es “un debate en torno al #MeToo, hasta donde llega o si se ha pasado de frenada, aunque no hay ninguna referencia directa en la obra, es más bien el lugar de entrada para la autora, que se pregunta por qué no resuena igual en su madre que en ella”.

Guillem Roset / ACN
“Les Bàrbares es como un regalo para el espectador –considera Selvas–, porque es una obra que no te esperas: tres mujeres hablando de cosas muy contemporáneas, como el papel de las mujeres, si son así por el patriarcado… Existe esta voluntad de entenderse y de que cualquier persona que esté a favor de esa igualdad es bienvenida a añadirse”.
El director la compara con Yasmina Reza: “Es una obra como Arte, pero con mujeres, sobre qué sanadora es la amistad”. Encarna es la mujer curadora, que interpreta Francesca Piñón: “Cuida de sus hijos y recibe el encargo de Bàrbara para pasar su legado”, manifiesta la actriz. Cristina Plazas interpreta a Carmen: “Es arquitecta y es la más empoderada de las tres. Parece que todo le tendría que ir bien, pero está muy perdida y tiene la sensación de haberse equivocado mucho”, resume Plazas. “ Susi –explica María Pujalte– es una mujer de buena familia. Cuando Encarna las convoca, ella no lo acaba de ver”.
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La cuarta en discordia es un personaje distinto. “Es Bàrbara, que está pero no está”, declara Berta Gratacós. “Desde un punto de vista 30 años más joven que las otras tres, las reúne para que reflexionen sobre todo eso”, concluye. Les Bàrbares es una producción de La Brutal y Bitò, y estará en el teatro Borràs hasta el 13 de abril.
En catalán y en castellano
Estrenada en Madrid, la obra llega a Barcelona en traducción de David Selvas, que ha optado por mantener a uno de los personajes hablando en castellano. “Cuando cavilaba en el reparto, enseguida pensé en Cesca Piñón en el papel de la mujer que cuida de Bàrbara cuando se pone enferma. Para el papel de la arquitecta, vi a Cristina Plazas. Y para la tercera amiga, me vino a la mente María Pujalte. Pero, claro, no habla catalán. Y pensé, ¿por qué no? Ya había trabajado con ella y cuando la llamé, no se lo podía creer”.
El resultado es que dos actrices hablan en catalán y una en castellano. El cuarto personaje, la joven, que interpreta Berta Gratacós, canta todas las canciones en castellano, salvo una.
La autora plantea dos canciones: Yo no soy esa, de Mari Trini, y Me olvidé de vivir, de Julio Iglesias. En este montaje se han añadido tres más: Por qué te vas, de Janette; De vez en cuando la vida, de Joan Manuel Serrat, y Em dius que el nostre amor, de Toti Soler. “Es la única en catalán –explica Gratacós– porque las canciones de la época eran muy combativas, y nos hacía falta una que hablara de amor. El diálogo entre las canciones y los personajes está muy bien cuidado. Y Yo no soy esa es como el leitmotiv de la obra”.
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