Cuando parece que ya está todo inventado en ese concepto universal al que llamamos amor , aparecen nuevos términos y conceptos que se vuelven mainstream, no solo para poner patas arriba la sociedad y sus modelos afectivos, sino para que nosotros mismos le demos una vuelta de tuerca a nuestras relaciones y hacerlas más duraderas, avivando la tan famosa ‘chispa’.Uno de los últimos fenómenos , extendido en los últimos tiempos, choca con lo habitual de las sociedades occidentales, acostumbradas a que las parejas compartan cama , algo que se convierte como en una especie de condición de pareja o compromiso por la intimidad compartida. No obstante, algo que, aunque muchos de nuestros abuelos, incluso padres, ya conocían es lo que ahora se ha dado por llamar ‘sleep divorce’ o ‘divorcio del sueño’ , que ha ido cobrando popularidad ante la, en ocasiones, incompatibilidad como acompañantes de sueño de nuestros compañeros de vida. Uno de los secretos para el amor eternoUn estudio de la prestigiosa Universidad de Harvard, la dirección de los profesores y terapeutas Richard Schwartz y Jacqueline Olds, confirma que existe el amor eterno, siempre que se den una serie de condiciones . Y quizás esta separación voluntaria nocturna pueda ser uno de los secretos que muchos buscan y una de las máximas del amor.Esta práctica consiste en que las parejas duerman en camas separadas o incluso en habitaciones diferentes para evitar problemas comunes como ronquidos , insomnio, horarios de sueño incompatibles, inquietud nocturna, ‘robos’ de manta o pataditas. En principio, si de lo que se trata es de dormir y no de tener sexo -cosas muy distintas-, lo más óptimo sería contar con el mayor espacio posible.Según la Sociedad Española de Neurología (SEN) los malos hábitos de sueño y los trastornos del sueño afectan en un 22-30% a la población española . Concretamente sobre un 20% padece insomnio. La SEN estima que el 48% de la población adulta carece de un sueño de calidad.Una tendencia al alza sobre todo entre los ‘millennials’«Aunque el término ‘divorcio del sueño’ parece duro, en realidad solo significa que las personas priorizan el sueño y se mudan a una habitación separada por la noche cuando es necesario», explica la doctora Seema Khosla, neumóloga y portavoz de la Academia Estadounidense de Medicina del Sueño (AASM en sus siglas en inglés.El estudio revela que la tendencia es particularmente notable entre los ‘millennials’ -formada por aquellos que llegaron a su vida adulta con el cambio de siglo, es decir en el año 2.000 -con un 43% que reconoce dormir separados ocasionalmente o de forma regular para mejorar su descanso, seguidos por la Generación X (entre 1965 y 1981) (33%), la Generación Z (entre 1997 y 2010)- (28%) y los baby boomers (entre 1945 y 1964) (22%).¿Adiós a la cama de matrimonio?De hecho según el mismo estudio afirma que las camas individuales ganan protagonismo en los dormitorios modernos, en detrimento de la cama de matrimonio, que ha sido, durante décadas, el eje central del dormitorio en la mayoría de los hogares en España.Parece que las clases altas, las que se podían permitir disponer de un dormitorio para cada miembro de la pareja, ya lo practicaban en tiempos pretéritos.La preferencia por dormir en camas separadas no se limita únicamente al hogar, sino que también se traslada a los viajes. Según un informe de la cadena hotelera Hilton, que analiza las tendencias de turismo para 2025, el 63% de los viajeros encuestados reconoce que descansa mejor cuando duerme solo . Además, el 37% afirma que prefiere una cama separada de su pareja cuando viajan, una cifra que se eleva al 75% entre quienes viajan con niños, ya que prefieren garantizar un descanso óptimo sin interrupciones.Los beneficios de practicar el llamado divorcio del sueñoEntre los beneficios más destacados de esta práctica se encuentra una mejor calidad del sueño , una reducción del estrés y la fatiga , y una relación más saludable al evitar resentimientos por interrupciones nocturnas. Además, disponer de un mayor espacio personal contribuye al bienestar individual sin interferencias.Ana Fernández Arcos, coordinadora del Grupo de Estudio de Trastornos de la Vigilia y Sueño de la Sociedad Española de Neurología , explica que dormir separados no debería ser indicativo de una pareja rota o desapegada. Para ella es importante que prevalezca la comodidad y el descanso para las dos personas, más si cabe, cuando existen dificultades para iniciar o mantener el sueño durante la noche.«Si una persona sufre insomnio y su pareja tiene ronquidos o apneas dificultará mucho su descanso. En esos casos y siempre que sea posible, además de consultar por el problema, es aconsejable dormir en habitaciones separadas hasta que el problema mejore», apunta la expertaSin embargo, dormir separados también presenta ciertos inconvenientes . La falta de intimidad física es una de las principales desventajas, así como los posibles estigmas sociales que pueden generar malentendidos sobre la relación de pareja. Asimismo, la distancia emocional podría convertirse en un problema si no se mantiene una comunicación adecuada entre ambos.La elección de dormir en camas separadas está dejando de ser un tabú para convertirse en una opción cada vez más habitual entre las parejas modernas que buscan priorizar el descanso sin comprometer la relación. Cuando parece que ya está todo inventado en ese concepto universal al que llamamos amor , aparecen nuevos términos y conceptos que se vuelven mainstream, no solo para poner patas arriba la sociedad y sus modelos afectivos, sino para que nosotros mismos le demos una vuelta de tuerca a nuestras relaciones y hacerlas más duraderas, avivando la tan famosa ‘chispa’.Uno de los últimos fenómenos , extendido en los últimos tiempos, choca con lo habitual de las sociedades occidentales, acostumbradas a que las parejas compartan cama , algo que se convierte como en una especie de condición de pareja o compromiso por la intimidad compartida. No obstante, algo que, aunque muchos de nuestros abuelos, incluso padres, ya conocían es lo que ahora se ha dado por llamar ‘sleep divorce’ o ‘divorcio del sueño’ , que ha ido cobrando popularidad ante la, en ocasiones, incompatibilidad como acompañantes de sueño de nuestros compañeros de vida. Uno de los secretos para el amor eternoUn estudio de la prestigiosa Universidad de Harvard, la dirección de los profesores y terapeutas Richard Schwartz y Jacqueline Olds, confirma que existe el amor eterno, siempre que se den una serie de condiciones . Y quizás esta separación voluntaria nocturna pueda ser uno de los secretos que muchos buscan y una de las máximas del amor.Esta práctica consiste en que las parejas duerman en camas separadas o incluso en habitaciones diferentes para evitar problemas comunes como ronquidos , insomnio, horarios de sueño incompatibles, inquietud nocturna, ‘robos’ de manta o pataditas. En principio, si de lo que se trata es de dormir y no de tener sexo -cosas muy distintas-, lo más óptimo sería contar con el mayor espacio posible.Según la Sociedad Española de Neurología (SEN) los malos hábitos de sueño y los trastornos del sueño afectan en un 22-30% a la población española . Concretamente sobre un 20% padece insomnio. La SEN estima que el 48% de la población adulta carece de un sueño de calidad.Una tendencia al alza sobre todo entre los ‘millennials’«Aunque el término ‘divorcio del sueño’ parece duro, en realidad solo significa que las personas priorizan el sueño y se mudan a una habitación separada por la noche cuando es necesario», explica la doctora Seema Khosla, neumóloga y portavoz de la Academia Estadounidense de Medicina del Sueño (AASM en sus siglas en inglés.El estudio revela que la tendencia es particularmente notable entre los ‘millennials’ -formada por aquellos que llegaron a su vida adulta con el cambio de siglo, es decir en el año 2.000 -con un 43% que reconoce dormir separados ocasionalmente o de forma regular para mejorar su descanso, seguidos por la Generación X (entre 1965 y 1981) (33%), la Generación Z (entre 1997 y 2010)- (28%) y los baby boomers (entre 1945 y 1964) (22%).¿Adiós a la cama de matrimonio?De hecho según el mismo estudio afirma que las camas individuales ganan protagonismo en los dormitorios modernos, en detrimento de la cama de matrimonio, que ha sido, durante décadas, el eje central del dormitorio en la mayoría de los hogares en España.Parece que las clases altas, las que se podían permitir disponer de un dormitorio para cada miembro de la pareja, ya lo practicaban en tiempos pretéritos.La preferencia por dormir en camas separadas no se limita únicamente al hogar, sino que también se traslada a los viajes. Según un informe de la cadena hotelera Hilton, que analiza las tendencias de turismo para 2025, el 63% de los viajeros encuestados reconoce que descansa mejor cuando duerme solo . Además, el 37% afirma que prefiere una cama separada de su pareja cuando viajan, una cifra que se eleva al 75% entre quienes viajan con niños, ya que prefieren garantizar un descanso óptimo sin interrupciones.Los beneficios de practicar el llamado divorcio del sueñoEntre los beneficios más destacados de esta práctica se encuentra una mejor calidad del sueño , una reducción del estrés y la fatiga , y una relación más saludable al evitar resentimientos por interrupciones nocturnas. Además, disponer de un mayor espacio personal contribuye al bienestar individual sin interferencias.Ana Fernández Arcos, coordinadora del Grupo de Estudio de Trastornos de la Vigilia y Sueño de la Sociedad Española de Neurología , explica que dormir separados no debería ser indicativo de una pareja rota o desapegada. Para ella es importante que prevalezca la comodidad y el descanso para las dos personas, más si cabe, cuando existen dificultades para iniciar o mantener el sueño durante la noche.«Si una persona sufre insomnio y su pareja tiene ronquidos o apneas dificultará mucho su descanso. En esos casos y siempre que sea posible, además de consultar por el problema, es aconsejable dormir en habitaciones separadas hasta que el problema mejore», apunta la expertaSin embargo, dormir separados también presenta ciertos inconvenientes . La falta de intimidad física es una de las principales desventajas, así como los posibles estigmas sociales que pueden generar malentendidos sobre la relación de pareja. Asimismo, la distancia emocional podría convertirse en un problema si no se mantiene una comunicación adecuada entre ambos.La elección de dormir en camas separadas está dejando de ser un tabú para convertirse en una opción cada vez más habitual entre las parejas modernas que buscan priorizar el descanso sin comprometer la relación.
Uno de los últimos fenómenos en ese concepto universal al que llamamos amor choca con lo habitual de las sociedades occidentales
Cuando parece que ya está todo inventado en ese concepto universal al que llamamos amor, aparecen nuevos términos y conceptos que se vuelven mainstream, no solo para poner patas arriba la sociedad y sus modelos afectivos, sino para que nosotros mismos le demos una vuelta de tuerca a nuestras relaciones y hacerlas más duraderas, avivando la tan famosa ‘chispa’.
Uno de los últimos fenómenos, extendido en los últimos tiempos, choca con lo habitual de las sociedades occidentales, acostumbradas a que las parejas compartan cama, algo que se convierte como en una especie de condición de pareja o compromiso por la intimidad compartida.
No obstante, algo que, aunque muchos de nuestros abuelos, incluso padres, ya conocían es lo que ahora se ha dado por llamar ‘sleep divorce’ o ‘divorcio del sueño’, que ha ido cobrando popularidad ante la, en ocasiones, incompatibilidad como acompañantes de sueño de nuestros compañeros de vida.
Uno de los secretos para el amor eterno
Un estudio de la prestigiosa Universidad de Harvard, la dirección de los profesores y terapeutas Richard Schwartz y Jacqueline Olds, confirma que existe el amor eterno, siempre que se den una serie de condiciones. Y quizás esta separación voluntaria nocturna pueda ser uno de los secretos que muchos buscan y una de las máximas del amor.
Esta práctica consiste en que las parejas duerman en camas separadas o incluso en habitaciones diferentes para evitar problemas comunes como ronquidos, insomnio, horarios de sueño incompatibles, inquietud nocturna, ‘robos’ de manta o pataditas. En principio, si de lo que se trata es de dormir y no de tener sexo -cosas muy distintas-, lo más óptimo sería contar con el mayor espacio posible.
Según la Sociedad Española de Neurología (SEN) los malos hábitos de sueño y los trastornos del sueño afectan en un 22-30% a la población española. Concretamente sobre un 20% padece insomnio. La SEN estima que el 48% de la población adulta carece de un sueño de calidad.
Una tendencia al alza sobre todo entre los ‘millennials’
«Aunque el término ‘divorcio del sueño’ parece duro, en realidad solo significa que las personas priorizan el sueño y se mudan a una habitación separada por la noche cuando es necesario», explica la doctora Seema Khosla, neumóloga y portavoz de la Academia Estadounidense de Medicina del Sueño (AASM en sus siglas en inglés.
El estudio revela que la tendencia es particularmente notable entre los ‘millennials’ -formada por aquellos que llegaron a su vida adulta con el cambio de siglo, es decir en el año 2.000 -con un 43% que reconoce dormir separados ocasionalmente o de forma regular para mejorar su descanso, seguidos por la Generación X (entre 1965 y 1981) (33%), la Generación Z (entre 1997 y 2010)- (28%) y los baby boomers (entre 1945 y 1964) (22%).
¿Adiós a la cama de matrimonio?
De hecho según el mismo estudio afirma que las camas individuales ganan protagonismo en los dormitorios modernos, en detrimento de la cama de matrimonio, que ha sido, durante décadas, el eje central del dormitorio en la mayoría de los hogares en España.
Parece que las clases altas, las que se podían permitir disponer de un dormitorio para cada miembro de la pareja, ya lo practicaban en tiempos pretéritos.
La preferencia por dormir en camas separadas no se limita únicamente al hogar, sino que también se traslada a los viajes. Según un informe de la cadena hotelera Hilton, que analiza las tendencias de turismo para 2025, el 63% de los viajeros encuestados reconoce que descansa mejor cuando duerme solo. Además, el 37% afirma que prefiere una cama separada de su pareja cuando viajan, una cifra que se eleva al 75% entre quienes viajan con niños, ya que prefieren garantizar un descanso óptimo sin interrupciones.
Los beneficios de practicar el llamado divorcio del sueño
Entre los beneficios más destacados de esta práctica se encuentra una mejor calidad del sueño, una reducción del estrés y la fatiga, y una relación más saludable al evitar resentimientos por interrupciones nocturnas. Además, disponer de un mayor espacio personal contribuye al bienestar individual sin interferencias.
@evasahis ¿Dormir juntos o separados? Algunos expertos recomiendan, por salud, el «divorcio de sueño» #insomnio #pareja #parejas #dormir #salud #CapCut ♬ Clock It – Chris Alan Lee
Ana Fernández Arcos, coordinadora del Grupo de Estudio de Trastornos de la Vigilia y Sueño de la Sociedad Española de Neurología, explica que dormir separados no debería ser indicativo de una pareja rota o desapegada. Para ella es importante que prevalezca la comodidad y el descanso para las dos personas, más si cabe, cuando existen dificultades para iniciar o mantener el sueño durante la noche.
«Si una persona sufre insomnio y su pareja tiene ronquidos o apneas dificultará mucho su descanso. En esos casos y siempre que sea posible, además de consultar por el problema, es aconsejable dormir en habitaciones separadas hasta que el problema mejore», apunta la experta
Sin embargo, dormir separados también presenta ciertos inconvenientes. La falta de intimidad física es una de las principales desventajas, así como los posibles estigmas sociales que pueden generar malentendidos sobre la relación de pareja. Asimismo, la distancia emocional podría convertirse en un problema si no se mantiene una comunicación adecuada entre ambos.
La elección de dormir en camas separadas está dejando de ser un tabú para convertirse en una opción cada vez más habitual entre las parejas modernas que buscan priorizar el descanso sin comprometer la relación.
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