La selección española de rugby domina con claridad (53-24) a Países Bajos y se asoma al Mundial

Tres ensayos de touche-maul en la primera mitad encarrilan el partido para el equipo de Pablo Bouza, que sólo necesita otro triunfo para entrar en Australia 2027 Leer Tres ensayos de touche-maul en la primera mitad encarrilan el partido para el equipo de Pablo Bouza, que sólo necesita otro triunfo para entrar en Australia 2027 Leer  

El día preciso, a la hora exacta, la selección masculina de rugby ha comparecido. Dispuesta y engrasada. Ha competido, ha vencido (53-24) a Países Bajos y ha recorrido la mitad del camino para entrar en el Mundial de Australia 2027. El equipo, lo había anticipado el técnico Pablo Bouza, no tiene nada que ver con el estuvo a punto de perder, hace un año, en el primer partido bajo su dirección.

Se planteaba el choque contra los neerlandeses como un ejercicio de contundencia. Por el poderío físico de los visitantes y por el precedente del año pasado, cuando con la delantera o con patadas largas trataron de acogotar a España, de sitiarla junto a la línea de ensayo. Más que en el suelo, este domingo ambos conjuntos se han buscado las cosquillas inicialmente por el aire: patada y a campo contrario. Esas escaramuzas se han plasmado en un intercambio de golpes de castigo convertidos (3-3) en los diez primeros minutos.

Como demandaba Bouza, los Leones han sido muy fiables en las fases estáticas. Y, sobre todo, han sido letales en el saque de lateral en la 22 contraria. Hasta tres ensayos, uno de castigo, han posado en el primer tiempo con un arma que apenas habían exhibido en la preparación. El día preciso, a la hora exacta, también reapareció el touche-maul para encarrilar el encuentro. La otra marca española en el primer tiempo la anotó Bay pero la fabricó Raphael Nieto, un bulldozer que con su fiereza se ha afianzado en el número ocho. Sus cargas y las arrancadas de Gimeno daban a la selección española muchos metros en el campo, sacaban rédito a un juego a la mano que fluía a mayor velocidad que el neerlandés.

De la selección de Países Bajos, que se presentó con ausencias, se esperaba mucha dureza en el contacto y la demostró cada vez que pisó la 22 española, haciendo retroceder a los locales. Así consiguió un ensayo de De Jong, pero no culminó otros dos por imprecisiones y por la presión de los Leones cuando ya estaban atrincherados en su propia línea de marca.

Conforme al mandamiento básico del rugby, la selección española sacó rédito de cada ocasión de peligro. A Países Bajos, por el contrario, le faltó chispa en esos metros decisivos. El marcador (31-10) y la diferencia de ensayos (cuatro locales por uno visitante) dejaba claro al descanso quién tenía el mando. Y al mando arrancó España asimismo la segunda parte. Bell robó un balón junto a la cal, dio una patadita rasa a seguir y con la presión de sus compañeros, Bay, el más rápido, acabó posando el balón suelto. El pateador López Bontempo, certero toda la mañana, amplió la ventaja con la conversión y con un golpe posterior hasta el 41 -10 (min 47).

Pero el rugby, además de contundencia, requiere contención. España también la ha mostrado, especilalmente en la primera mitad. Apenas ha cometido golpes de castigo y se ha permitido arrancar infracciones en melé al paquete holandés. En el debe, la recepción dubitativa de los saques de centro y los problemas, como se temía, para frenar el cuerpo a cuerpo del conjunto naranja.

Contundencia, contención y, en la reanudación, velocidad. Los Leones han acelerado sus ataques. Si Países Bajos arañaba terreno metro a metro con la cabeza y el hombro, el quince español enlazaba carreras con el juego abierto. Tras una buena combinación ha llegado el ensayo del talonador Álvaro García por el ala que, con la transformación, ya dejaba el partido sentenciado (48-10) en el minuto 60.

El último cuarto se ajustó a lo previsto. Países Bajos, cómodo en las percusiones que le dieron dos ensayos más, de Salman y Raymond. España, a gusto moviendo el balón a todo lo ancho, con la mano y con el pie, en este último caso para un posado de Mateu.

Es Países Bajos un equipo que ha progresado en los últimos años pero sus mejores jugadores no están al nivel de los españoles más destacados. La selección neerlandesa está creciendo desde la cantera, con buenos resultados en categorías inferiores. Nunca ha ganado a los Leones, pero en las dos últimas temporadas había acariciado esa posibilidad. En Madrid se ha presentado este domingo con menor preparación y lo ha acusado. El día preciso, a la hora exacta, se ha llevado un marcador duro (53-24) porque España ha mostrado un rugby más completo.

La victoria deja al conjunto de Pablo Bouza a un paso de la clasificación para el Mundia. Si el próximo dominlgo se imponen en Suiza (que el sábado cayó 110-0 ante Georgia), los Leones regresarán con el billete para Australia en el bolsillo. Este domingo han mostrado sobre el césped la solidez que buscaban. El próximo, pese a la ausencia de algunos titulares, deberán confirmar su fiabilidad.

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