Para mantener el coche en buen estado, es importante prestar atención a los factores externos que pueden ocasionar su deterioro progresivo. Tal es el caso de algunas condiciones climatológicas, como las precipitaciones. “El agua de la lluvia puede afectar a la carrocería, sobre todo si la pintura no está en perfecto estado”, afirma el Real Automóvil Club de España (RACE). Estar expuesto a ella de manera prolongada puede provocar oxidación a largo plazo; algo que también afectaría al chasis del vehículo.
Aumenta el riesgo de fallos mecánicos y accidentes, afectando a la seguridad de los ocupantes
Para mantener el coche en buen estado, es importante prestar atención a los factores externos que pueden ocasionar su deterioro progresivo. Tal es el caso de algunas condiciones climatológicas, como las precipitaciones. “El agua de la lluvia puede afectar a la carrocería, sobre todo si la pintura no está en perfecto estado”, afirma el Real Automóvil Club de España (RACE). Estar expuesto a ella de manera prolongada puede provocar oxidación a largo plazo; algo que también afectaría al chasis del vehículo.
En un artículo publicado por RACE, el asesor técnico Álvaro García “explica que los coches vienen de fábrica protegidos con una pintura pulverizada que está cubierta con una capa de barniz cuya función es evitar que la pintura se descascarille con los golpes, los rayos ultravioletas, los mosquitos y otro tipo de sedimentos que hay en el ambiente”. El problema llega cuando el vehículo pierde su barniz y desaparece la pintura.

Carglass
Más allá de una cuestión estética
El problema de la oxidación en vehículos
Desde Carglass aseguran que “un coche oxidado compromete componentes críticos del vehículo, aumentando riesgos de fallos mecánicos y accidentes, lo cual afecta directamente a la seguridad de los ocupantes y la fiabilidad del transporte”. Es decir, va más allá de una cuestión meramente estética. “Los frenos, el sistema de escape y otros componentes eléctricos y electrónicos pueden llegar a dar fallos por culpa del óxido”, prosigue RACE.
Se trata de una acción corrosiva que, al perder el barniz y desaparecer la pintura, provoca el desgaste paulatino de estas piezas. Además, “un metal corroído es difícil de reparar”, por lo que atajar el problema cuanto antes se vuelve fundamental. “Requiere un lijado y un repintado y, en el peor de los casos, implica un cambio de la pieza afectada, ya que no es posible su reparación”.
Por su parte, desde Euro Taller advierten de que “si en la ITV se detecta una zona de óxido sin sanear, el vehículo no la pasará”. Es una cuestión importante porque, debido al óxido, “puede ocurrir que se rompan tuercas, soportes, tornillos… complicando la reparación y el mantenimiento del coche”. Asimismo, suele aparecer en zonas de difícil acceso, propensas a acumular humedad. Como sintetiza Euro Taller, “el óxido necesita de tres cosas: acceso a la chapa pelada, oxígeno y agua”.

Manu Reino / EFE
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Cómo evitar que la lluvia afecte al coche
Teniendo en cuenta todo esto, debemos considerar la prevención como la medida más eficaz contra la oxidación. Para ello, conviene seguir una serie de pautas para proteger el coche de la lluvia y evitar que se vea afectado por la humedad. Este mantenimiento debe centrarse tanto en el chasis como en los cristales.
Consejos para proteger el coche de la lluvia
1
Productos de protección sobre la carrocería. Es recomendable aplicar cera de carnauba o realizar un revestimiento cerámico. Así como también, si es necesario, utilizar un sellador de pintura para que ésta se vuelva más resistente y sufra menos los efectos de la lluvia y otros agentes contaminantes.
2
Lavar el coche con frecuencia. De esta forma, estaremos eliminando las partículas de suciedad que se hayan ido incrustando. Además, RACE aconseja prestar atención al secado. Conducir con la carrocería mojada favorece que se adhieran partículas de polvo.
3
Aparcar en el garaje o bajo techo. Es importante evitar que el vehículo esté expuesto, en la medida de lo posible a las inclemencias meteorológicas.
4
Utilizar una funda protectora. Si no queda más remedio que dejar el coche en la calle, entonces esta es la mejor alternativa. En el mercado hay fundas protectoras resistentes al agua ideales para este tipo de situaciones.
5
Cambiar los limpiaparabrisas. Si ya no cumplen su función, es recomendable cambiar estas piezas. Algo que los fabricantes sostienen que debe ser una vez al año. En cualquier caso, todo depende de la funcionalidad que presenten.
6
Tratamiento antilluvia en los cristales. La duración de este tipo de tratamientos es de año y medio, aproximadamente. Además, puede efectuarse mediante productos que el propietario del vehículo aplique o llevando el coche al taller.
7
Revisar las juntas. Estos elementos evitan la filtración del agua hacia el interior del vehículo o zonas en las que haya componentes mecánicos, eléctricos o electrónicos. Por eso es importante revisar que se encuentran en óptimas condiciones.
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