La AfD y los Verdes se revuelven contra la reforma constitucional contrarreloj de Merz

Friedrich Merz da un giro de 180 grados a su promesa electoral de no recurrir al endeudamiento para invertir en infraestructuras y reforzar la defensa Leer Friedrich Merz da un giro de 180 grados a su promesa electoral de no recurrir al endeudamiento para invertir en infraestructuras y reforzar la defensa Leer  

«Traidor», «mentiroso», «antidemócrata». Esos son algunos calificativos que acompañan al previsible futuro canciller de Alemania, Friedrich Merz, tras el giro de 180 grados que ha dado a su promesa electoral de no recurrir al endeudamiento para financiar la inversión en infraestructuras que necesita el país y para reforzar su defensa. «Sé lo que se está diciendo de mí y me lo tomo muy en serio, pero Alemania no puede acudir a las próximas citas europeas e internacionales como invitado de piedra» y «sin una dirección marcada», dado que no habrá, previsiblemente, nuevo Gobierno hasta Semana Santa.

La intervención este jueves del líder de la Unión Cristianodemócrata (CDU) en el Bundestag con motivo de la primera lectura del preacuerdo alcanzado con el Partido Socialdemócrata (SPD) como peaje al inicio de las conversaciones para la formación de Gobierno no ha convencido a los grupos parlamentarios, especialmente a los Verdes, imprescindibles en una estrategia política que ya ha sido denunciada ante el Tribunal Constitucional. Sin los Verdes, la gran coalición en ciernes no logrará la mayoría de dos tercios necesaria para flexibilizar el freno de la deuda, anclada en la Constitución.

La fecha límite para convencer a los ecologistas es el próximo día 24, cuando la legislatura dirigida por el canciller Olaf Scholz concluirá con la constitución del Parlamento surgido de las urnas el pasado 23 de febrero. Y es el límite porque en el nuevo Bundestag la CDU / CSU y el SPD no podrán alcanzar esa mayoría de dos tercios que exige cualquier reforma constitucional. Dado que Alternativa para Alemania (AfD) a la derecha y el partido Die Linke a la izquierda tendrán, además, minoría de bloqueo, los futuros socios de coalición han recurrido al Parlamento saliente, donde SPD, Verdes y CDU / CSU sí podrían lograrla para asegurarse sus planes. AfD y Die Linke han denunciado al TC lo que a su juicio es una «maniobra antidemocrática».

«La convocatoria de una sesión del antiguo Bundestag para modificar la Ley Fundamental es un desprecio a la voluntad de los votantes», afirmó la copresidenta de AfD, Alice Weidel. En su discurso, Weidel arremetió directamente contra Merz. Le advirtió de que pasaría a la historia como «el enterrador del freno a la deuda» y sugirió a la Unión que se separe de Merz, un líder sin principios ni valores. «Ha mentido a los electores y ahora se arrodilla sumisamente» ante los Verdes.

Mientras el TC despeja las dudas sobre el uso de Parlamento saliente para proceder a una reforma constitucional de tanto calibre con otro Parlamento ya electo, la CDU / CSU y el SPD avanzan en el frente de la negociación con los Verdes, poco dispuestos a dar a Merz lo que la CDU les negó sistemáticamente desde la oposición. Así, de los 500.000 millones de euros previstos para infraestructuras por la futura gran coalición, Merz propuso destinar 50.000 millones de euros a la protección del clima, un asunto -dijo- que «nos tomamos muy en serio», provocando con ello las carcajadas del pleno. Los Verdes rechazaron la oferta, pero están dispuestos a seguir dialogando porque quieren más. La CDU / CSU se encuentra pues ante el dilema de renunciar a la reforma constitucional para preservar la identidad y esencia que les queda tras el pacto con el SPD o dar espacio a los Verdes y liderar un programa de izquierdas.

La CDU / CSU y el SPD quieren modificar la Ley Fundamental en tres puntos. Además de crear un fondo especial con el que se podrán invertir hasta 500.000 millones de euros en infraestructuras. Piden que, en el futuro, los gastos de defensa ya no estén sujetos al freno de deuda cuando superen el 1% del producto interior bruto (PIB). Esto debería facilitar el aumento del gasto en defensa de Alemania en una época en la que Estados Unidos, socio de la OTAN, ya no parece fiable. Por último, se pretende flexibilizar el freno al endeudamiento de los estados federados. Al igual que el Gobierno federal, en el futuro también se les permitirá contraer nuevas deudas de hasta el 0,35% del PIB.

Para Heidi Reichinnek, del partido Die Linke, la sesión parlamentaria de ayer fue un despropósito. Cree que la suspensión prevista del freno al endeudamiento para la defensa es un «cheque en blanco para el rearme» y que pretender que los planes legislativos del nuevo Gobierno sean aprobados por el antiguo Bundestag es antidemocrático.

Reichinnek criticó que las inversiones sociales sean solo una nota al margen en el documento de sondeo acordado por conservadores y socialdemócratas y que no está claro a dónde podrían ir a parar exactamente los 500.000 millones de euros del fondo especial para infraestructuras. Esta es otra de las razones por las que el partido quiere evitar que el antiguo Bundestag tome decisiones. Al igual que AfD, ha recurrido al TC por la vía de urgencia.

La intervención del líder de los liberales del FDP y ex ministro de Finanzas en el tripartido de Scholz, Christian Lindner fue una de las más esperadas. Aunque ya ha anunciado su salida de la política tras la derrota de su partido, Linder acudió al hemiciclo para preguntar al Friedrich Merz ¿quién es usted y qué ha hecho con Friedrich Merz?». Lindner defendio ante el SPDS y los Verdes el techo de deuda hasta el punto de su expulsión del tripartito, convicción que Merz alabó. «Ahora, menos de dos semanas después de las elecciones, Merz ha sacrificado sus convicciones por cargos», le reprochó.

Los liberales no apoyarán la reforma del freno al endeudamiento. En su lugar, el presidente del grupo parlamentario del FDP, Christian Dürr, propuso un «fondo de defensa para Alemania» y que aumente el fondo especial existente para el ejército alemán hasta los 300.000 millones de euros.

De esta forma, se podría alcanzar el objetivo de dedicar el 2% del PIB a gasto en defensa, como exige la OTAN. Dürr acusó a la Unión y, en particular, a Merz de haber faltado a su palabra. En la campaña electoral, prometió que primero se calcularían los ahorros en el presupuesto. Ahora, quiere reformar inmediatamente el freno al endeudamiento. Es correcto aumentar el gasto en defensa. Pero relajar el freno al endeudamiento sin reformas económicas es «una política económica de izquierdas y verde para Alemania», espetó Dürr en dirección a Merz.

Cerró la primera lectura de las propuestas de reforma constitucional la líder de la Alianza Sahra Wagenknecht (BSW). «Ahora tenemos un Gobierno que desprecia la democracia», dijo Wagenknecht. Acusa a la CDU/CSU y el SPD de un «paquete de armamento demencial», de la aprobación de «créditos de guerra ilimitados» y del «mayor fraude electoral de la historia de Alemania». Sahra Wagenknecht no podrá decir mucho más en sede parlamentaria. Su partido no logró entrar en el Bundestag por apenas 7.000 votos y el TC ha rechazado su petición de proceder a un nuevo recuento.

Con este telón de fondo, el Tribunal de Cuentas ha advertido contra los planes financieros de la Unión y el SPD por los efectos que una dinámica de endeudamiento podrá tener en las generaciones futuras. Según los cálculos del Tribunal, una vez que venza el fondo especial de 10 años para infraestructuras, se prevén pagos de intereses anuales adicionales de 12.000 millones de euros. Debido a la flexibilización del freno al endeudamiento para gastos de defensa, no se puede descartar que se produzcan otros 25.000 millones de euros anuales en pagos de intereses. El Tribunal de Cuentas calcula que la deuda adicional ascenderá a un billón de euros en los próximos 10 años.

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