La nueva operación empezaría tras la visita de Trump a la región la próxima semana si no hay antes un acuerdo de tregua con Hamas e incluye la reanudación de la ayuda humanitaria con un nuevo mecanismo de reparto Leer La nueva operación empezaría tras la visita de Trump a la región la próxima semana si no hay antes un acuerdo de tregua con Hamas e incluye la reanudación de la ayuda humanitaria con un nuevo mecanismo de reparto Leer
Como estaba previsto ante el estancamiento en la negociación de un alto el fuego para la liberación de los 59 secuestrados en cautiverio y las últimas declaraciones de sus dirigentes, el gabinete israelí ha aprobado una operación terrestre gradual y a gran escala contra Hamas en un plan que contempla la ocupación de territorios en la Franja de Gaza.
Israel, sin embargo, esperará antes de expandir la ofensiva hasta que finalice la visita del presidente estadounidense, Donald Trump, a Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos y Qatar prevista entre el 13 y el 16 de mayo. En un ultimátum al grupo islamista, da un margen de dos semanas para evitar la ofensiva mediante un acuerdo de entre uno y dos meses de alto el fuego a cambio de la liberación de secuestrados. Hamas dice que está dispuesto a entregar a todos los rehenes si Israel acepta el cese definitivo de la ofensiva, excarcela presos palestinos y se retira de la Franja de Gaza.
En la reunión del gabinete de seguridad israelí precedida por el primer impacto de un misil balístico de los hutíes en su principal aeropuerto, el primer ministro, Benjamin Netanyahu, ha señalado que el nuevo plan «puede lograr los dos objetivos, devolver a los secuestrados y doblegar a Hamas». La operación no consistiría en incursiones terrestres con fecha de salida como las realizadas desde el ataque de Hamas del 7 de octubre del 2023.
Según fuentes citadas por medios locales, el plan incluiría la toma de control del devastado enclave palestino -del que hoy se cree que el ejército israelí se encuentra en más de un tercio- y la entrada de ayuda humanitaria tras dos meses de bloqueo. Israel ha dado luz verde a un mecanismo de distribución con EEUU y empresas civiles extranjeras garantizando que no llegue a manos de Hamas para evitar que, con la reventa de los productos a la necesitada población, siga reclutando efectivos, financiándose y manteniendo su control armado y civil de Gaza.
La ONU, que rechaza el nuevo plan de ayuda, ha denunciado una alarmante crisis humanitaria como resultado de la decisión de Israel de no permitir la entrada de mercancías y suministros desde el pasado 2 de marzo, cuando acabó la primera fase de la tregua. Bajo la crítica internacional, Israel replicó que la medida se enmarca en la estrategia de presión sobre Hamas para que libere a secuestrados negando hoy que haya hambruna debido a la asistencia introducida durante dos meses de tregua.
No solo la visita de Trump a varios países árabes aplaza la ampliación de las operaciones terrestres que implicaría también el desplazamiento de habitantes del nNorte a tres zonas humanitarias en el sur de Gaza. El ejército necesita tiempo para movilizar a decenas de miles de reservistas en un proceso ya iniciado e internamente contestado. Mientras la masiva acción militar en respuesta al ataque terrorista del 7-O contó con un consenso sin precedentes en la historia de Israel y una movilización sin excepciones de los reservistas, la reanudación de los ataques a mediados de marzo tras el fracaso negociador para ampliar la tregua es vista por muchos sectores como «política y destinada a evitar la caída del Gobierno» y peligrosa para la vida de los secuestrados.
De ahí que ahora se prevé una respuesta menos generalizada de los israelíes para dejar sus trabajos y familias y ponerse el uniforme como han hecho varias veces en los últimos 19 meses. Tampoco ayuda a la movilización masiva que el ministro de Finanzas, el ultranacionalista, Bezalel Smotrish, haya asegurado este lunes que el ejército no abandonará las zonas ocupadas tras la nueva ofensiva terrestre en un enclave del que su país se retiró en 2005.
«Yo iré porque soy fiel a mis amigos de la unidad y no digo no a mi país ante los terroristas, pero me opongo a las decisiones del Gobierno especialmente sobre la operación Gaza. Dudo que pueda ayudar a lo que debe ser la principal prioridad, la vuelta de los secuestrados», decía a EL MUNDO Amir, un reservista de casi 30 años en una reciente manifestación contra Netanyahu en Tel Aviv.
En la reunión del gabinete, el jefe del ejército, Eyal Zamir, dijo que no permitirá una situación de hambruna en la Franja de Gaza y que están comprometidos con el Derecho Internacional, al tiempo que apoyó el nuevo mecanismo de reparto rechazando que los soldados sean los que distribuyan los alimentos a los gazatíes. Asimismo, avisa de que la expansión de la ofensiva puede poner en peligro a los secuestrados en el ataque terrorista de hace 577 días.
El Fórum de las Familias de los Secuestrados denuncia que «el plan merece el nombre de Plan Smotrich-Netanyahu por renunciar a los secuestrados y abandonar la cohesión nacional y de seguridad». «El Gobierno admite esta mañana que está priorizando territorios en lugar de los secuestrados, y esto va en contra de la voluntad de más del 70% del pueblo», añade en alusión a los sondeos que muestran que la mayoría de los israelíes, incluyendo electores de la coalición de Netanyahu, es favorable al cese de la ofensiva a cambio de la vuelta de los secuestrados. Smotrish, al frente de un partido minoritario, responde a las críticas de las familias de los rehenes y de la oposición asegurando que la única opción de liberarles es acabar con Hamas.
«El enemigo intenta amenazar, movilizar reservistas… Todas estas acciones y declaraciones forman parte de las negociaciones, incluida la presión sobre Qatar. Israel comprendió que Hamas se opone a las soluciones parciales y, por lo tanto, recurrió a mediadores y medios externos para presionarnos», afirmó el dirigente islamista Mahmud Mardawi. Hamas acusa a Netanyahu de negarse a una tregua definitiva a cambio de los secuestrados.
Un día después del impacto sin precedentes de un misil balístico en su aeropuerto internacional disparado por los hutíes, Israel se ha sumado a los ataques aéreos estadounidenses con un bombardeo esta tarde contra objetivos de este grupo armado proiraní en Yemen.
Sus cazas han golpeado el puerto de Hodeidah bajo control de los hutíes en lo que constituye la primera represalia israelí desde que reanudara sus ataques casi diarios contra Israel con drones y misiles balísticos a mediados de marzo con motivo de la reanudación de la ofensiva militar en la Franja de Gaza.
Hasta ahora, Israel no había respondido a petición de EE.UU que, desde marzo, lleva a cabo una intensa ofensiva aérea contra los hutíes no solo por sus ataques contra su gran aliado en la región sino sobre todo contra la estratégica vía comercial en el Mar Rojo.
Internacional // elmundo