La economía española sigue creciendo a buen ritmo, pero se confirma también el proceso de desaceleración progresiva. Desde enero a marzo creció un 0,6%, lo que supone una décima menos que en el último trimestre del año anterior y retrocediendo algo más, hay que irse al segundo trimestre del 2023 para encontrar un aumento inferior. Lo cierto es que llevaba casi dos años con crecimientos iguales o superiores a las siete décimas, lo que en este arranque del 2025 no se ha conseguido.
El consumo y la inversión tiran de la actividad, aunque supone una ligera desaceleración respecto a los periodos anteriores
El INE ha confirmado hoy que la economía española creció un 0,6% el primer trimestre, con lo que sigue manteniendo un diferencial positivo respecto a los grandes países de la Unión Europea como Francia (+0,4%) o Alemania (+0,1%).
En términos interanuales se da una ralentización del crecimiento. El avance respecto al mismo periodo del año anterior fue del 2,8%, frente al 3,3% del trimestre precedente. La demanda nacional contribuyó con 3,2 puntos, mientras que la externa tuvo una aportación negativa de -0,4 puntos.
Las horas trabajadas aumentaron un 2,1% interanual y el empleo en términos de ocupados equivalentes a tiempo completo un 2,9% –en comparación con el 2,5% y el 2,2% del trimestre precedente, respectivamente–.
En la revisión publicada, el INE estima que la contribución de la demanda interna al crecimiento fue mayor de lo previsto. Y en cambio la demanda exterior tuvo menos importancia.
Dentro de la demanda interna, se revisan al alza el consumo privado (+0,2) pero especialmente, la inversión. En esas inversiones donde se dio un mejor comportamiento fue en en inversión equipo y construcción. Sólo se revisó a la baja el consumo público.
Fuentes del ministerio de Economía han destacado que “España mantiene un fuerte crecimiento en el primer trimestre del año, apoyado en el consumo privado, la inversión en bienes de equipo y el repunte de la construcción”.
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