El driblador de Moncloa

Marisa Cruz, que lleva mucho tiempo escrutando la conducta de los políticos en Bruselas y en Madrid, ha subrayado como Pedro Sánchez traslada su afición por el baloncesto a la política española. La semana pasada, con el caso de los cartuchos israelíes, hemos visto una clásica jugada de ‘pick and roll’, donde el ministro Grande-Marlaska ha hecho de pantalla y el presidente ha dado una asistencia a Yolanda Díaz. El espectáculo al final lo acabará pagando el contribuyente, pero el driblador de la Moncloa ha quedado reforzado en su posición del que corta el bacalao. Hay muchos aspectos del baloncesto que Sánchez emplea en política. La utilización de los tiempos , por ejemplo. El presidente tiene una conciencia clara de cuando hay que ganarlo o perderlo. Y aunque cuando era canterano del Estudiantes su vocación era más de armario bloqueador que de conductor del balón, sabe bien que el juego es colectivo. Por eso ha llevado a todos sus colaboradores al borde de la imputación aunque muchos de ellos crean que han recibido una asistencia de Pedro.Lo que me parece más sugestivo de lo observado por Cruz es que coincide con un artículo del abogado antimonopolios estadounidense Asheesh Agarwal que se titula ‘Basketball and the Rule of Law’ donde este jurista denuncia que las actuales normas del baloncesto lo han convertido en un juego de tramposos. Según Agarwal, las reglas incentivan a los equipos a romperlas intencionalmente lo que resta limpieza al juego. Cita la táctica ‘Hack-a-Shaq’, una falta que fuerza un tiro libre y reduce el ritmo de juego o paraliza el ataque rival, o que en baloncesto se puedan pedir tiempos muertos incluso con el balón en juego. En definitiva, que incumplir la regla se convierte en una ventaja para el infractor , de la misma manera que una multa irrisoria no disuade al que practica dumping..Agarwal afirma que otros deportes como el fútbol americano, el béisbol o el hockey tienen esquemas de penalización que están más alineados con la disuasión del incumplimiento. Entre las sugerencias para mejorar están penalizar las faltas otorgando un tiro libre y posesión del balón al equipo afectado. Pero creo que es muy interesante el esquema del rugby, donde el jugador que comete ciertas infracciones tiene que salir del juego temporalmente. En general, el rugby tiene normas que están centradas en que todo el sistema fomente el ‘fair play’ y no sólo el juego en sí. Quizá por eso la conducta violenta en las gradas es inexistente a pesar de la rudeza del deporte.Analizar la conducta política de Sánchez a la luz de su pasado como jugador de baloncesto no es banal y nos dice mucho sobre algunos agujeros de nuestra institucionalidad democrática que él ha detectado y está aprovechando.Coda final: incumpliendo su deber constitucional , el Gobierno elude presentar un proyecto de Presupuestos ante el Congreso. España hoy se gobierna con las cuentas que aprobó un Parlamento que no existe (la XIV Legislatura, 2019-2023). jmuller@abc.es Marisa Cruz, que lleva mucho tiempo escrutando la conducta de los políticos en Bruselas y en Madrid, ha subrayado como Pedro Sánchez traslada su afición por el baloncesto a la política española. La semana pasada, con el caso de los cartuchos israelíes, hemos visto una clásica jugada de ‘pick and roll’, donde el ministro Grande-Marlaska ha hecho de pantalla y el presidente ha dado una asistencia a Yolanda Díaz. El espectáculo al final lo acabará pagando el contribuyente, pero el driblador de la Moncloa ha quedado reforzado en su posición del que corta el bacalao. Hay muchos aspectos del baloncesto que Sánchez emplea en política. La utilización de los tiempos , por ejemplo. El presidente tiene una conciencia clara de cuando hay que ganarlo o perderlo. Y aunque cuando era canterano del Estudiantes su vocación era más de armario bloqueador que de conductor del balón, sabe bien que el juego es colectivo. Por eso ha llevado a todos sus colaboradores al borde de la imputación aunque muchos de ellos crean que han recibido una asistencia de Pedro.Lo que me parece más sugestivo de lo observado por Cruz es que coincide con un artículo del abogado antimonopolios estadounidense Asheesh Agarwal que se titula ‘Basketball and the Rule of Law’ donde este jurista denuncia que las actuales normas del baloncesto lo han convertido en un juego de tramposos. Según Agarwal, las reglas incentivan a los equipos a romperlas intencionalmente lo que resta limpieza al juego. Cita la táctica ‘Hack-a-Shaq’, una falta que fuerza un tiro libre y reduce el ritmo de juego o paraliza el ataque rival, o que en baloncesto se puedan pedir tiempos muertos incluso con el balón en juego. En definitiva, que incumplir la regla se convierte en una ventaja para el infractor , de la misma manera que una multa irrisoria no disuade al que practica dumping..Agarwal afirma que otros deportes como el fútbol americano, el béisbol o el hockey tienen esquemas de penalización que están más alineados con la disuasión del incumplimiento. Entre las sugerencias para mejorar están penalizar las faltas otorgando un tiro libre y posesión del balón al equipo afectado. Pero creo que es muy interesante el esquema del rugby, donde el jugador que comete ciertas infracciones tiene que salir del juego temporalmente. En general, el rugby tiene normas que están centradas en que todo el sistema fomente el ‘fair play’ y no sólo el juego en sí. Quizá por eso la conducta violenta en las gradas es inexistente a pesar de la rudeza del deporte.Analizar la conducta política de Sánchez a la luz de su pasado como jugador de baloncesto no es banal y nos dice mucho sobre algunos agujeros de nuestra institucionalidad democrática que él ha detectado y está aprovechando.Coda final: incumpliendo su deber constitucional , el Gobierno elude presentar un proyecto de Presupuestos ante el Congreso. España hoy se gobierna con las cuentas que aprobó un Parlamento que no existe (la XIV Legislatura, 2019-2023). jmuller@abc.es  Marisa Cruz, que lleva mucho tiempo escrutando la conducta de los políticos en Bruselas y en Madrid, ha subrayado como Pedro Sánchez traslada su afición por el baloncesto a la política española. La semana pasada, con el caso de los cartuchos israelíes, hemos visto una clásica jugada de ‘pick and roll’, donde el ministro Grande-Marlaska ha hecho de pantalla y el presidente ha dado una asistencia a Yolanda Díaz. El espectáculo al final lo acabará pagando el contribuyente, pero el driblador de la Moncloa ha quedado reforzado en su posición del que corta el bacalao. Hay muchos aspectos del baloncesto que Sánchez emplea en política. La utilización de los tiempos , por ejemplo. El presidente tiene una conciencia clara de cuando hay que ganarlo o perderlo. Y aunque cuando era canterano del Estudiantes su vocación era más de armario bloqueador que de conductor del balón, sabe bien que el juego es colectivo. Por eso ha llevado a todos sus colaboradores al borde de la imputación aunque muchos de ellos crean que han recibido una asistencia de Pedro.Lo que me parece más sugestivo de lo observado por Cruz es que coincide con un artículo del abogado antimonopolios estadounidense Asheesh Agarwal que se titula ‘Basketball and the Rule of Law’ donde este jurista denuncia que las actuales normas del baloncesto lo han convertido en un juego de tramposos. Según Agarwal, las reglas incentivan a los equipos a romperlas intencionalmente lo que resta limpieza al juego. Cita la táctica ‘Hack-a-Shaq’, una falta que fuerza un tiro libre y reduce el ritmo de juego o paraliza el ataque rival, o que en baloncesto se puedan pedir tiempos muertos incluso con el balón en juego. En definitiva, que incumplir la regla se convierte en una ventaja para el infractor , de la misma manera que una multa irrisoria no disuade al que practica dumping..Agarwal afirma que otros deportes como el fútbol americano, el béisbol o el hockey tienen esquemas de penalización que están más alineados con la disuasión del incumplimiento. Entre las sugerencias para mejorar están penalizar las faltas otorgando un tiro libre y posesión del balón al equipo afectado. Pero creo que es muy interesante el esquema del rugby, donde el jugador que comete ciertas infracciones tiene que salir del juego temporalmente. En general, el rugby tiene normas que están centradas en que todo el sistema fomente el ‘fair play’ y no sólo el juego en sí. Quizá por eso la conducta violenta en las gradas es inexistente a pesar de la rudeza del deporte.Analizar la conducta política de Sánchez a la luz de su pasado como jugador de baloncesto no es banal y nos dice mucho sobre algunos agujeros de nuestra institucionalidad democrática que él ha detectado y está aprovechando.Coda final: incumpliendo su deber constitucional , el Gobierno elude presentar un proyecto de Presupuestos ante el Congreso. España hoy se gobierna con las cuentas que aprobó un Parlamento que no existe (la XIV Legislatura, 2019-2023). jmuller@abc.es RSS de noticias de economia

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