Se encaramó al tercer puesto de los libros más vendidos de Francia a finales de 2023. Era un cómic, pero no se trataba de Astérix, sino de Blacksad (Norma Editorial), el gato detective de Juan Díaz Canales y Juanjo Guarnido que triunfa por medio mundo. Ambos autores se encontrarán el viernes con el público del festival más icónico para el mundo del cómic, el de Angulema, en Francia, en el que este año España es el invitado de honor y para el que en un momento de explosión de talento el Ministerio de Cultura ha decidido tirar la casa por la ventana y llevar a más de cien profesionales, desde Paco Roca a Ana Penyas, desde Antonio Altarriba a Ana Galvañ y desde Bartolomé Seguí a la premio Nacional del Cómic de 2024, Bea Lema, cuya obra El cuerpo de Cristo (Astiberri), como Blacksad y la de tantos autores, se publicó primero en Francia, el mayor mercado europeo. Un tamaño que permite anticipos mucho más generosos con los que los autores sueñan para poder crear.
España es la invitada de honor en el referencial festival de Angulema en un momento de gran creatividad de los autores
Se encaramó al tercer puesto de los libros más vendidos de Francia a finales de 2023. Era un cómic, pero no se trataba de Astérix, sino de Blacksad (Norma Editorial), el gato detective de Juan Díaz Canales y Juanjo Guarnido que triunfa por medio mundo. Ambos autores se encontrarán el viernes con el público del festival más icónico para el mundo del cómic, el de Angulema, en Francia, en el que este año España es el invitado de honor y para el que en un momento de explosión de talento el Ministerio de Cultura ha decidido tirar la casa por la ventana y llevar a más de cien profesionales, desde Paco Roca a Ana Penyas, desde Antonio Altarriba a Ana Galvañ y desde Bartolomé Seguí a la premio Nacional del Cómic de 2024, Bea Lema, cuya obra El cuerpo de Cristo (Astiberri), como Blacksad y la de tantos autores, se publicó primero en Francia, el mayor mercado europeo. Un tamaño que permite anticipos mucho más generosos con los que los autores sueñan para poder crear.
Aún así, el mercado español crece. “Empieza ya a ser una industria cultural muy relevante: factura 130 millones de euros, el 7% del mercado editorial español”, señaló el ministro Ernest Urtasun en la presentación del programa español en Angulema para explicar el apoyo de su ministerio a unos autores que pegan fuerte fuera en un mundo que ha cambiado: como subraya el director general de Norma Editorial, Óscar Valiente, “hace 20 o 30 años que dos españoles estuvieran creando las aventuras de Corto Maltés habría sido inaudito y ahora lo vemos como normal”, subraya en referencia a Rubén Pellejero y Juan Díaz Canales, que dan nueva vida al personaje de Hugo Pratt.
Al festival de Angulema, que comienza mañana, España va a llevar la gran muestra del CCCB Constel.lació gràfica , que mostraba a nueve autoras de vanguardia del actual cómic español. La comisaria de la muestra, Montserrat Terrones, editora de Garbuix Books, señala que “en cada época la forma de salir fuera de los autores españoles ha sido diferente. En los setenta y ochenta trabajaban más a través de agencias para el extranjero”. Y apunta que ahora desde hace dos décadas muchos autores españoles “se han buscado la vida fuera porque era la única manera de vivir del cómic y crean directamente para el mercado francés o norteamericano”. “Hay autoras que trabajan en la industria de los superhéroes como Emma Ríos (premio Eisner) o Natacha Bustos (fichada por Marvel) desde hace muchos años, también autores como David López. Pero la mayoría se colocan en el mercado francés. Muchos de los cómics de autores españoles que compramos son licencias compradas a editoriales francesas, como los de Jordi Lafebre o Rubén Pellejero. Jaime Martín hace años que trabaja para Dupuis. Es algo que no solo hacen los autores de mediana edad, los más jóvenes también lo intentan. Nuria Tamarit trabaja para los mercados francés y británico. No es que los editores españoles sean tacaños, es que el mercado no da más de sí. Y los franceses han hallado aquí una cantera, porque tanto en cómic como en libro ilustrado España tiene grandes artistas en la parte gráfica”.
Y, subraya, también se traducen más autores, incluso en el mercado norteamericano. Apunta nombres como Marc Torices –su La alegre vida del triste perro Cornelius fue premiada en el pasado Saló del Còmic–, María Medem, Laura Pérez o Paco Roca, quien tras triunfar en el mercado francés decidió volver al español. “Hace 20 años el hecho de que tradujeran a autores españoles al inglés era excepcional, solo le pasaba a Max. Ahora autores muy jóvenes están siendo publicados”, remarca Terrones. En ese sentido Catalina Mejía, editora de Salamandra, cuenta que autoras como Ana Penyas se venden en Estados Unidos y apunta que hoy “la industria global del cómic está más abierta a captar contenidos, interesan las historias”.
Laureano Domínguez, editor de Astiberri, que publica las obras de Paco Roca y David Rubín, que alterna trabajos entre EE.UU.y España, subraya que les escriben editoriales de todo el mundo para interesarse por títulos y cree que el actual momento es fruto de “trabajo, de cambio generacional, de promoción en las ferias y de apostar por los autores propios y no limitarte a publicar traducciones. Y hay una creatividad tremenda”. Una de sus autoras es Bea Lema, quien justamente acabó de crear El cuerpo de Cristo con una residencia de seis meses en la Casa de los Autores de Angulema gracias a una codiciada beca de Acción Cultural Española y la Embajada de Francia. “Tienes tu apartamento y tu estudio y estás rodeada de autores de todo el mundo y ves cómo trabajan”, apunta la autora, que recuerda que varias editoriales francesas se interesaron por su trabajo y acabó con Sarbacane. “Los adelantos son mayores y muchos autores intentamos vender los derechos primero allí. Luego intenté buscar editor en España y costó. Son mercados casi incomparables”.
“Hoy los editores, sobre todo los franceses, buscan en los mercados internacionales. Van al Saló del Còmic. Y van a la Escola Joso de cómic y les preguntan por sus alumnos más destacados. Y no hay quien compita con el mercado francés”, reconoce Óscar Valiente, de Norma, que coproduce obras como El cielo en la cabeza , de Antonio Altarriba, pero asume que “la vía más difícil es que produzcamos las obras y salgamos a representarlas internacionalmente, como hacemos con Miguelanxo Prado”. Por eso, apunta, “desde el sector hemos solicitado a las instituciones apoyo para producir obras de envergadura que puedan competir con el mercado francés o americano. Que ese talento no tenga que marcharse”. El Ministerio de Cultura ha recogido el guante y anuncia que este 2025, por primera vez, habrá becas específicas para la creación de cómic.
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