El principal atractivo era ver juntos a los ministros de China, Rusia e Irán después de la escalada del conflicto en Oriente Próximo Leer El principal atractivo era ver juntos a los ministros de China, Rusia e Irán después de la escalada del conflicto en Oriente Próximo Leer
Un día después de la cumbre de la OTAN en La Haya, donde los aliados aprobaron el mayor aumento del gasto militar de su historia, China recibió a los ministros de Defensa de la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS), un grupo que Pekín lleva tiempo intentando presentar como un contrapeso a los bloques liderados por Occidente.
La reunión se celebró el jueves en Qingdao, en la costa este del gigante asiático. El principal atractivo era ver juntos a los ministros de China, Rusia e Irán después de la escalada del conflicto en Oriente Próximo, del ataque de Estados Unidos contra las instalaciones nucleares de Teherán y del alto el fuego entre la República Islámica e Israel después de 12 días de combates.
Durante el encuentro, el ministro iraní, Aziz Nasirzadeh, que era la primera vez que salía de su país desde el enfrentamiento con Israel y EEUU, agradeció a Pekín por «apoyar la posición legítima de Irán» después de los recientes ataques. «Esperamos que China siga defendiendo la justicia, ayude a mantener el alto el fuego actual y desempeñe un papel más importante en el alivio de las tensiones regionales», dijo el iraní en declaraciones recogidas por la agencia china Xinhua, que detalló que todos los participantes habían expresado «una fuerte voluntad de consolidar y desarrollar la colaboración militar».
«Los actos hegemónicos, dominantes y abusivos socavan gravemente el orden internacional», soltó el anfitrión, el ministro chino Dong Jun, en un discurso de bienvenida. Dong calificó la reunión de los representantes de la OCS como un «contrapeso a un mundo sacudido por el caos y la inestabilidad».
En Qingdao también desfilaron los ministros de Defensa de las cuatro naciones de Asia central que forman parte de la OCS (Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán y Uzbekistán), y el funcionario del último país que se unió al club, Bielorrusia. Muchas miradas estaban puestas además en la participación de los dos últimos miembros, los ministros de India y Pakistán, dos vecinos con armas nucleares que en mayo estuvieron al borde de una guerra total después de varios intercambios de bombardeos y artillería en la disputada región de Cachemira y en varios estados fronterizos.
Como era de esperar, la unidad que trató de vender China sobre este encuentro de la OCS se rompió cuando intervinieron los representantes de Nueva Delhi e Islamabad. «Hay que denunciar a algunos países que utilizan el terrorismo como política de Estado», señaló el ministro indio, Rajnath Singh, que acusa a Pakistán de respaldar a los grupos terroristas que están detrás de los atentados en la Cachemira administrada por India.
En otro frente, cuando Israel comenzó la pasada operación militar contra Irán, el bloque regional liderado por China sacó un comunicado criticando con contundencia el ataque. Pero de la declaración conjunta se desmarcó India, que ha estado haciendo malabarismos diplomáticos para no condenar a Israel, con quien guarda estrechas relaciones en materia de defensa, a la vez que mantenía sus lazos históricos con Teherán.
La OCS se formalizó en 2001 para resolver las disputas fronterizas que dejó en Asia Central la disolución de la Unión Soviética. Más adelante, el grupo evolucionó en un foro económico regional bajo la dirección de China. En los últimos años, Pekín y Moscú han tratado de impulsar la agrupación, que representa a más del 40% de la población mundial, en lo que algunos think tanks ligados a Estos Unidos dijeron que era una especie de «anti-OTAN».
Los funcionarios chinos han estado siguiendo el transcurso de la cumbre de la OTAN esta semana, en la que el secretario general de la Alianza, Mark Rutte, pidió a los países que fueran realistas acerca de las amenazas planteadas por Rusia y China. Rutte también señaló en una declaración que los aliados «eran muy conscientes» del «enorme aumento militar» del ejército chino, lo que dispara la amenaza de conflicto en el estrecho de Taiwan.
Este jueves, algunos medios estatales chinos dedicaban sus editoriales al aumento del 5% del gasto militar de los países de la OTAN y a las preocupaciones en Pekín de cara a que la Alianza pretenda expandirse militarmente por Asia junto con sus aliados en la región, principalmente Japón y Corea del Sur.
«Si la OTAN insiste en extender sus tentáculos bélicos a Asia, es casi seguro que cuanto más aumente su gasto militar, mayor será el sufrimiento estratégico que Europa tendrá que soportar», afirma el diario Global Times. «La OTAN, una maquinaria de guerra que debería haberse desmantelado hace mucho tiempo, ahora depende de aferrarse a los faldones de Estados Unidos y de hacer el trabajo sucio de Washington para sobrevivir», criticaba otra columna en el China Daily.
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